Don Roberto y la Caliza

Por eso, ahora tiene una gran frase: "Lo que gano lo guardo y lo que pierdo no le lloro".

Don Roberto, un exitoso hombre de negocios que siempre demostró prudencia y organización en sus tratos. Antes de recibir una cuantiosa herencia de su padre hace varios años, ya contaba con un patrimonio sólido y una buena posición económica. Casi al mismo tiempo que recibió la herencia, se le presentó la oportunidad de comprar varias hectáreas de terreno donde se había confirmado la existencia de yacimientos de roca caliza. Todo parecía estar listo para iniciar un nuevo y rentable negocio en el mundo de la minería, lo cual sería relativamente sencillo.

Cuando inició todo, parecía que iría muy bien y se lograría prácticamente en tiempo y forma según lo planeado. Sin embargo, con el tiempo, los costos para la explotación, el procesamiento, la molienda, el acopio, el manejo de material y la comercialización empezaron a complicar todo. Amigos y familiares le aconsejaron que vendiera o buscara socios para intervenir en algún punto del proceso y superar las dificultades, pero Don Roberto no estaba dispuesto a perder y reconocer la pérdida, y se aferró a no fracasar, ya que había invertido mucho dinero, tiempo y esfuerzo. Por lo tanto, consiguió un crédito para adquirir maquinaria y contratar nuevo personal.

Pero a pesar de los esfuerzos, pasaron años y el negocio no podía terminar de operar y trabajar correctamente. La quiebra se trasladó a su vida personal, donde Don Roberto, de ser un hombre adinerado lleno de lujos, se estaba convirtiendo en un hombre con carencias y limitaciones, ya que los gastos y las deudas seguían creciendo.

Por buena suerte de Don Roberto y su decisión de dar un giro y cambiar las cosas, contactó a una empresa ya consolidada en el sector y la cual decidió comprarle todo, tanto el equipo como todas las hectáreas que había adquirido a un buen precio, ya que aunque no estaba operando adecuadamente, el precio del metro cuadrado había subido considerablemente en los últimos años. En suma y de acuerdo con los números que Don Roberto hizo con la venta, prácticamente habría recuperado todo lo invertido, pudo pagar cada dólar que debía y se quedó donde había iniciado, evitando la quiebra y volviendo a ser un hombre con recursos suficientes para salir adelante, por no decir rico de nuevo.

Aun así, pasaron muchos años para que Don Roberto volviera a estar tranquilo. Aunque regresó a una vida acomodada y ya no tenía la presión de la empresa minera, seguía sintiéndose insatisfecho y triste. Necesitó terapia y apoyo familiar para entender de forma consciente e inconsciente que no había perdido nada, por el contrario, había tenido experiencias increíbles y conocido a gente maravillosa en el proceso, además de haber sido afortunado de no haber terminado en la quiebra total.

Esta es una de las razones por las que la mayoría de los apostadores pierden todo y siguen apostando sin parar, aun conscientes de que los casinos están diseñados para favorecer a la casa y nunca al apostador, ya que, si tienen una pequeña ganancia, no quedan satisfechos.

Conocer esta debilidad nos ayuda a estar preparados y evitar complicar una situación ya de por sí difícil.

a group of dices flying in the air
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Don Roberto y la Caliza

las personas sienten más dolor por una pérdida que placer por una ganancia equivalente.